La interrupción prolongada del suministro de energía ha dejado sin servicio a numerosas familias y comunidades, revelando serias deficiencias en la planificación y gestión de la infraestructura energética. La precariedad de la atención y el desabastecimiento se contrastan con los altos precios que mes a mes quienes dependemos de ese servicio debemos pagar. Sin electricidad no hay vida digna, por ello debe ser considerada como un derecho humano garantizado por el Estado. La actual emergencia eléctrica nos demuestra que es urgente repensar y reestructurar nuestro modelo energético para que se…
Leer mas